Muchas personas, en algún momento de sus vidas, tienen problemas para dormir. Para las personas con autismo, dormir puede ser particularmente difícil, ya que las dificultades para dormir suelen ser un problema recurrente.
Algunas personas con autismo pueden dormir menos, tener dificultad para conciliar el sueño o despertase con frecuencia ocasionándole dificultades para volver a dormir.
Esta alteración en el sueño hace que la persona no tenga un sueño reparador y esto le produzca somnolencia diurna y falta de concentración, afectándole al humor y al comportamiento social.
Algunas estrategias para llevar una correcta higiene del sueño son:
En JEI mantenemos una comunicación diaria con las familias para saber cómo durmieron, cómo se levantaron, y si hubo algún episodio nocturno que repercuta en las actividades diarias.
Este canal de comunicación diario, nos permite adoptar las mejores estrategias y pautas individualizadas para un correcto desarrollo de la persona, adaptándonos a las necesidades diarias de nuestros chicos y chicas.