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Las emociones en el TEA
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La conducta alimentaria suele suponer un problema en la mayoría de las personas con TEA, puesto que, con frecuencia, resulta un obstáculo para la normalización de la vida cotidiana, además de un peligro para el adecuado desarrollo físico y psicológico de la persona.

Los problemas en la conducta alimentaria afectan al funcionamiento de la persona en casa, en la escuela y en otros ámbitos sociales, teniendo un impacto sobre su desarrollo físico, social y psicológico. Síntomas de esto pueden ser las preferencias por ciertos alimentos, incapacidad o rechazo a comer solo, conductas socialmente inadecuadas, tensión y ansiedad en las horas de la comida y al presentarse nuevos alimentos.

Los problemas en relación con la alimentación son muy variados y se deben a diferentes causas, pero en general, los más corrientes en personas con TEA están vinculados a un patrón de hiperselectividad de un pequeño grupo de alimentos, ingesta compulsiva, problemas de conducta y malos hábitos durante el tiempo destinado a comer. La rigidez inherente a las personas con TEA, así como su posible hipersensibilidad sensorial suelen estar en la base de la conducta alimentaria hiperselectiva.

Por otro lado, los problemas de conducta y los malos hábitos pueden derivarse de las dificultades que presentan estas personas en la comunicación, en el establecimiento de relaciones sociales y en la anticipación de sucesos.

La hora de la comida puede terminar siendo una fuente de ansiedad y miedo para las personas con TEA.

En muchas ocasiones el menú es algo impredecible, las texturas de los alimentos, sus sabores o sus olores pueden resultar irritantes para ellos debido a su posible hipersensibilidad sensorial.

En este sentido, Farrow y Coulthard (2012), demostraron que la hiperselectividad de los alimentos está asociada a las vivencias de ansiedad y a la hipersensibilidad a estímulos sensoriales. En la esfera familiar, la alteración de la conducta alimentaria puede condicionar y limitar la vida de la persona con autismo y de su familia, pues reuniones familiares, celebraciones, cumpleaños, viajes, excursiones, etc., pueden tener como epicentro la comida, y, por lo tanto, volverse un foco de estrés y problemas para la convivencia y el bienestar familiar. De esta manera, un aspecto muy importante a la hora de intervenir en estos casos es prestar especial atención a la manera en que la familia (padres, cuidadores principales) vive esta problemática.

En JEI intervenimos para promover el bienestar de los alumnos/as y disminuir la emocionalidad negativa que puedan derivar en las horas de comida (miedo, ansiedad, frustración…) para reducir aquellas conductas que mantienen la rigidez, como la hiperselectividad.

Cada persona con TEA es diferente asique el objetivo de la intervención es específico para cada caso.

Algunas de las estrategias que utilizamos son:

– Potenciamos un ambiente estructurado, libre de excesivas distracciones estimulares y anticipables. En JEI tenemos establecido un horario y una rutina de alimentación. Los alumnos comen en el mismo lugar, a la misma hora y con una rutina a la hora de comer. El mantener el mismo lugar, hora y rutina, ayuda a los alumnos/as a saber qué pasará durante la hora de la comida. En JEI dotamos a los alumnos/as con instrumentos anticipatorios como pueden ser los apoyos visuales reales (platos de comida), el time-timer antes de iniciar la comida, entre plato y plato/postre, etc.

– Mantenemos una actitud de calma y paciencia, pero a su vez de seguridad y autoridad: el adulto debe ser directivo, aplicando siempre las mismas técnicas de modificación de conducta.

– Promovemos un ambiente lúdico, relajado y agradable, libres de ansiedad y frustración. De esta manera evitamos un condicionamiento negativo a los momentos de la comida.

– Eliminamos los problemas de conducta en la mesa implementando técnicas de modificación de conducta, es decir, permanecer relativamente quieto/a en la silla sin revolverse y no levantarse de la silla antes de terminar de comer. Esta estabilidad física fomenta buenas conductas alimentarias

– Potenciamos la autonomía, es decir, conseguir que el alumno/a coma solo/a, sin ayuda.

 

CONCLUSIÓN: para que las técnicas de modificación de conducta se mantengan en el tiempo se debe promover el compromiso de trabajo de una manera continua y conjunta, entre las familias y profesionales, ya que ante cualquier síntoma de problema en la conducta alimentaria, la intervención debe realizarse de manera rápida y temprana.

 

Rita Schindler

Educadora de JEI